Violeta's tea

Mi Madre está impaciente por verme, contarme cosas, que le cuente cosas. Trato de dilatar el encuentro pero, ella es implacable. -Voy a tu casa y charlamos-, -No tengo mucho tiempo-, -Dale, aunque sea un ratito-, -Bueno ...-. Llega y me abraza. Yo le respondo con cariño. -Tomamos un té?-, -OK, tengo uno de violetas que traje del viaje-. Mientras el agua se calienta, nos sentamos en el sofá y nos vamos estudiando. Desde hace unos años, puedo tener una relación armoniosa con ella. No siempre fue así. Hubo años difíciles en los que ella era muy estricta y yo era muy rebelde. Con la edad adulta, las cosas se fueron poniendo mejor y hoy en día hasta podemos conversar civilizadamente. Pronto va a ser el Día de la Madre, no me gusta eso de que haya un día señalado. Mi Madre tiene todos los días en mi vida y a veces festejamos esta nueva relación que tenemos. Yo no fui la adolescente que algunas mamás desean, fui mas bien una pesadilla. Muy buena alumna, pero en casa era horrible. Con la adultez estoy mas armónica.

Nos contamos cosas, nos reímos y también lloramos juntas. Nunca pierdo de vista que es mi Madre pero hoy en día es mas como una amiga-consejera. Y yo trato de estar a tono, después de la separación de mi Padre, no lo pasó nada bien. No es lindo que después de mas de 40 años juntos te dejen de un día para otro. Fue jodido, todo, el cuando, el como y el con quién. No, no se imaginen que fue por una mujer mas joven, nada que ver ... y mucho peor. La dejó por Lula, una mujer a la que conocían de toda la vida, compañeros de andanzas en el club cuando aún vivía el marido de ella. La viudita misteriosa, está muy bien para sus años. Mi Madre también es una belleza, siempre lo fue. No se que le pasó a mi viejo, pero se enamoró de Lula y se fueron a vivir juntos hace dos años, mas o menos. Ahora ella está como loca armando un negocio de cosmética que va a llevar su nombre. Y a que no adivinan a quien le quieren encargar la publicidad? Si, a mi!!! No se como esquivar la que se viene.

Mientras saboreamos mi rico té de violetas, miro a mi mamá y la veo tan linda, elegante, sobria y discreta, que sigo sin entender como mi papá se fue con Lula.
Cosas del destino.